Marco Antonio Rodríguez / En julio de 2012 uno de los mejores escritores de México, Juan Villoro, escribió para el diario Reforma una columna alusiva a lo acontecido el día primero de ese mismo mes y del mismo año. Villoro comienza con una frase enérgica: “En México hay tres clases de basura: orgánica, inorgánica y electoral”. Ese año resultó electo como presidente de la República el priista Enrique Peña Nieto. Su triunfo fue tanto o más cuestionado que su labor como gobernador mexiquense, y es que, para darse una idea, al menos el 28.4 por ciento de los votantes en el país estuvieron expuestos a la compra o coacción del voto a favor del tricolor, a decir de la organización Alianza Cívica; es decir, poco más de un cuarto del total participativo. Su virtual triunfo fue dado a conocer por el entonces consejero presidente del IFE, hoy INE, Leonardo Valdés, quien dio el anuncio sin considerar que faltaba media hora aún para concluir la jornada electoral. En el mensaje, divulgado en televis
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