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Mostrando las entradas de abril, 2022

¿A dónde van los desaparecidos?

Ali Pacheco /  21 de abril de 2022 A la memoria de Doña Rosario Ibarra de Piedra Dicen que ya no estamos en esos tiempos, en los tiempos oscuros de la represión y la dictadura del PRI, nos dicen que hay plena libertad de expresión, y que hemos ganado el derecho a la libertad a través de las urnas. Nos lo dicen desde el pulpito presidencial, en los medios de comunicación, en las redes sociales, el funcionario menor, el presidente municipal, el diputado. Nos lo dicen todos, ¿Entonces porque seguimos desapareciendo?   Hace un par de años acudí a las instalaciones de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), en la entrada había un muro con los retratos de hombres y mujeres que desaparecieron durante la guerra sucia en la década del 70 orquestada por el gobierno priísta. Entre todos los mensajes colocados uno llamó mi atención: “los seguiremos buscando”.  En los accesos de la terminal de Toluca se alzan otros muros con los rostros de niñas, niños, jovencitas, mujeres, hombres y a

Escena final

  Marco Antonio Rodríguez / Su mano es cada vez más fría y su latir más pausado; no suena Eric Clapton en la radio con aquel precioso Wonderful tonight. La cámara en cambio sigue sus pasos a ras de suelo. "Toma gusano", grita el director al borde del llanto. No detienen su andar; él la sigue siempre y marchan siempre juntos, tomados de la mano. Las nubes a su costado restan importancia a sus rostros. Se acerca el final pues las luces celestes bajan paulatinamente su intensidad. Suenan entonces las cuerdas. Es Leo Brouwer y su música exacta, perfecta, irrepetible, "excelsa". Es John Williams con esa su guitarra que grita y llora la travesía de ese par. Es el director extasiado, envuelto en júbilo. La huida de los amantes por el Valle de los Ecos, que compusiera Brouwer en 1981, se escucha estruendosa en el cielo:  Fotografía: Marco Antonio Rodríguez.

Virginia Libre

  Ali Pacheco / La pequeña puerta negra del “Penal Neza Bordo” se abre lentamente, el paisaje grisáceo de las paredes se opaca cuando un vestido color rosa mexicano se asoma fuera del centro penitenciario, es Virginia Silvestre, quien con paso firme y una bolsa de plástico con sus pertenencias camina hacia sus familiares, quienes la esperan eufóricos al otro lado de la reja, el rechinido de esta se desvanece entre aplausos y el llanto de la madre de Virginia, quien con ese amor de madre abraza a su hija tras 16 años recluida por un delito que no cometió. Virginia, de origen humilde e indígena mazahua, pasó 16 años presa en el Centro Penitenciario y de Reinserción Social Nezahualcóyotl Bordo de Xochiaca; acusada de haber asesinado a su nieta, pasaría 43 años en la cárcel por el delito de homicidio en grado de parentesco. En el caso de Virginia no hubo una valoración debida de pruebas. El Ministerio Público acusó a Virginia de provocar la muerte de su nieta al golpearla y azotarla cinco