Ir al contenido principal

¿A dónde van los desaparecidos?

Ali Pacheco / 



21 de abril de 2022

A la memoria de Doña Rosario Ibarra de Piedra

Dicen que ya no estamos en esos tiempos, en los tiempos oscuros de la represión y la dictadura del PRI, nos dicen que hay plena libertad de expresión, y que hemos ganado el derecho a la libertad a través de las urnas. Nos lo dicen desde el pulpito presidencial, en los medios de comunicación, en las redes sociales, el funcionario menor, el presidente municipal, el diputado. Nos lo dicen todos, ¿Entonces porque seguimos desapareciendo?  

Hace un par de años acudí a las instalaciones de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), en la entrada había un muro con los retratos de hombres y mujeres que desaparecieron durante la guerra sucia en la década del 70 orquestada por el gobierno priísta. Entre todos los mensajes colocados uno llamó mi atención: “los seguiremos buscando”. 

En los accesos de la terminal de Toluca se alzan otros muros con los rostros de niñas, niños, jovencitas, mujeres, hombres y ancianos que han desaparecido en el Valle de Toluca en los últimos años. 

En las redes sociales todos los días hay mensajes de familiares que buscan a los suyos. 

Doña Mari lleva 4 años buscando a su hijo, quien una tarde fue “levantado” tras salir del trabajo y nunca lo volvieron a ver. Ella y su esposo han acudido en varias ocasiones al SEMEFO a reconocer las ropas que los agentes de investigación han encontrado en fosas clandestinas del Estado de México. La foto de su hijo desaparecido cuelga sobre sobre un muro dentro de su casa, ella siempre le deja una veladora encendida para que él encuentre la luz de regreso a casa.  

Doña Ceci Flores, es una de las Madres Buscadoras de México, el pasado 14 de abril, informó: "Traigo un nudo en la garganta. Creo que encontré a mi hijo Marco en la búsqueda de hoy. Reconozco su dentadura y forma de cráneo. Siento que me derrumbo". Marco está desaparecido desde 2019. 

Una usuaria de Twitter escribió: “Ninguna madre merece aprender a reconocer dentaduras y cráneos porque busca a su hijo entre osamentas, léanme bien, ninguna.”

El Comité Contra la Desaparición Forzada de Naciones Unidas informó que en México, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, administrado por la Comisión Nacional de Búsqueda, de la Secretaría de Gobernación, hasta el 26 de noviembre de 2021 hay 95,121 personas desaparecidas. 

Según la información brindada al Comité, entre 2006 y 2021 se produce un crecimiento exponencial de las desapariciones en el país, pues un porcentaje superior al 98 % tuvo lugar en dicho período.  Estos datos evidencian la estrecha relación entre el incremento de las desapariciones y el inicio de la llamada “guerra contra el narcotráfico”, que comenzó durante el sexenio del panista Felipe Calderón (2006-2012). 

Dicho informe del Comité contra la Desaparición Forzada declara que “las desapariciones siguen afectando mayoritariamente a hombres de entre 15 y 40 años. No obstante, las cifras oficiales muestran un incremento notable de desapariciones de niños y niñas a partir de los 12 años, así como de adolescentes y mujeres, tendencia que se agudizó en el contexto de la pandemia por coronavirus (COVID-19)”.

De igual manera, el Comité resaltó su preocupación por la desaparición de más de 30 periodistas entre 2003 y 2021. 

Las comunidades indígenas también se han visto afectadas por desapariciones. Estas ocurren principalmente en el contexto de conflictos sociales y territoriales vinculados con el desarrollo de megaproyectos de índole minera o energética, tras el despojo o acaparamiento de tierras para explotación de recursos por parte del crimen organizado u otros actores privados, con diferentes niveles de involucramiento o aquiescencia de servidores públicos.  

El Comité arguye que la impunidad en México es un rasgo estructural que favorece la reproducción y el encubrimiento de las desapariciones forzadas y pone en peligro y causa zozobra a las víctimas. 

Como diría la luchadora social Rosario Ibarra de Piedra en una carta a Andrés Manuel López Obrador: “querido y respetado amigo, no permitas que la violencia y la perversidad de los gobiernos anteriores siga acechando y actuando desde las tinieblas de la impunidad”. 

Punto y aparte. 

Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

El obscuro negocio de la seguridad en Edoméx: clientelismo, cleptocracia y otros artificios

Marco Antonio Rodríguez/  La inseguridad en el Estado de México se ha enquistado; lejos de disminuir como prometió Alfredo del Mazo Maza desde incluso antes de asumir el cargo como gobernador, ha crecido exponencialmente al grado de convertirse en un problema incontrolable para su administración, lo que también ha llevado a la entidad a ubicarse entre los primeros lugares a nivel nacional por esta condición. Con el priista en el poder se cumplió el presagio: durante el primer mes de su mandato la entidad rompió récord histórico en delitos y así se ha mantenido; a veces son homicidios, otras robos y otras más feminicidios, pero siempre va liderando la lista a nivel nacional por la comisión de algún crimen. Pero Del Mazo alardea de otros temas, como el Salario Rosa, programa social estrella para el cual dispuso de 3 mil 977 millones 99 mil 249 pesos sólo en dos años, como reveló en septiembre de 2019 el reportero local Elpidio Hernández Villanueva. Y aunque para muchos la seguridad debie

Claudio Valdés: el oscuro funcionario del gobierno delmacista

Marco Antonio Rodríguez/  Toluca, México; 18 de noviembre de 2021. Antes de que fuera nombrado como titular de la Unidad de Asuntos Internos del gobierno del Estado de México, Claudio Valdés Carranza ya había sido denunciado por sus propios compañeros, que lo acusaron por abuso laboral, abuso de autoridad, discriminación y violaciones a sus derechos humanos cuando se desempeñaba como jefe en el gobierno federal de una dependencia que se llamaba Dirección General de Vigilancia y Supervisión Interna y que pertenecía a la Policía Federal. Sin embargo, cuando le dieron la titularidad de la dependencia mexiquense, fue presentado por su amigo Rodrigo Martínez Celis, secretario de Seguridad, lo cual dejó muy claro desde el primer minuto de qué tamaño era el respaldo del que gozaría. En aquella ocasión el secretario Martínez Celis prefirió no decir nada acerca del irregular desempeño de Valdés Carranza en el gobierno federal, al cual renunció en diciembre de 2016, después de una queja firmada

Reminiscencias

Marco Antonio Rodríguez Soto/ Apenas había salido de su casa cuando supo que algo no estaba bien, pues las formas que lo rodeaban perdían la solidez de siempre. Conocía el camino y sin embargo no distinguir los objetos complicaba su andar. Sus pasos se volvieron pesados, como si de súbito hubiera entrado en un singular estado de inanición, pues el concreto se fundía volviéndose lodo para hundir sus pies en aquella masa terrosa. * Desplazarse era una tarea compleja e incierta. Los colores y formas estaban ahí, aunque cada vez más difusos. A su mente le vinieron imágenes de aquellas ficciones en las cuales algunos mutaban en lobos apenas aparecía la luna, y recordó la historia del hombre vuelto insecto tras despertarse, como si las pesadillas nocturnas que hubiera soñado cobraran forma de alerones afianzados en la espalda y de antenas por encima de la cabeza. Afortunadamente seguía caminando, aunque cada vez con mayor dificultad, a pesar de que las piernas no eran el principal problema.