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Un lugar en Navidad

  José Enrique Rojas González/ Un. Un lugar. Un lugar pequeño, oscuro, frío, en el #304 de la calle de Hidalgo, en Toluca, aparta el fragor de la ciudad y el ahíto de la gente, hastiada por vivir. Dentro. Ahí, dentro, el fuego de una vela alumbra tenuemente un cuarto de madera de una casa de finales del XIX. Adosados en la esquina del muro están dos hermanos frente al auditorio.   Suenan. Las melodías de Tchaikovsky interpretadas por Gabriel Sánchez anegan la sala y percuten mis oídos. Un espasmo recorre mi espalda y se yerguen los vellos de mi cuerpo.   Escucho. Tres historias leídas por Saly Beals. Esperanza, magia y muerte, en ese orden; aquella lágrima brota de mi ojo al saber que la cerillera muere, congelada, pensando en su abuela sin haber vendido ningún cerillo.   Magia. Tras la espalda de Saly y Gabriel, más allá, en la esquina, se dibujan sus siluetas, más grandes conforme se acerca la hora del final del último cuento.   Al final, la Navidad es especial porque nos recuerda la
Entradas recientes

En 10 años repuntaron 55% los suicidios en Edoméx

  Marco Antonio Rodríguez Soto/ Por razones diversas en el mundo, en promedio, se suicida una persona cada 40 segundos. Sólo en 2020 en México se registraron, según un conteo del INEGI, 7 mil 896 casos; es decir, 22 diarios, lo que equivale a 770 más con respecto al año inmediato anterior y mil más que en 2018. De acuerdo con la psiquiatra y académica de la Facultad de Medicina de la UNAM Laura Barrientos Nicolás, aunque existen más intentos por parte de mujeres, la letalidad en ellas es menor, mas no sucede lo mismo con el sector masculino : el 81.6 por ciento de hombres que intenta suicidarse lo logra . La población joven, revela Barrientos, es la más vulnerable. Esto ha contribuido en que sea la cuarta causa de muerte en el mundo dentro de este grupo etario, oscilando entre los 14 y 29 la edad más recurrente de que se tiene registro y calculándose que para 2029 se incrementará la comisión de suicidios para llegar a ser la segunda causa de mortalidad en la juventud. El Estado de Méxi

Zanbatha; oasis de Historia en un mar de concreto

  José Enrique Rojas González / Franqueando el puente que cruza el río Lerma, hacia el oriente, se encuentra la ciudad del mismo nombre; pequeña, provinciana, tranquila, celosa y orgullosa de su Historia que se resguarda en los muros del Museo Zanbatha, un edificio de finales del siglo XIX de estilo neoclásico que sobresale por su belleza en el entorno industrial del oriente del valle de Toluca. El recinto se ubica en la esquina de la avenida Miguel Hidalgo y la calle 1 de Mayo, detrás de la parroquia de Santa Clara de Asís, edificio fundado a inicios del siglo XVII que fue intervenido en los siglos XVIII y XIX, de manera que conjunta el estilo neoclásico en su fachada y en el interior del recinto. Zanbatha es una palabra compuesta de origen hñähñu, derivado de luna “zana” y valle o campo “matha/batha”. Se considera a la palabra Zanbatha como uno de los nombres que se otorga al valle de Toluca, también denominado valle Matlatzinca o simplemente Matlatzingo. El recinto del museo posee s

¿A dónde van los desaparecidos?

Ali Pacheco /  21 de abril de 2022 A la memoria de Doña Rosario Ibarra de Piedra Dicen que ya no estamos en esos tiempos, en los tiempos oscuros de la represión y la dictadura del PRI, nos dicen que hay plena libertad de expresión, y que hemos ganado el derecho a la libertad a través de las urnas. Nos lo dicen desde el pulpito presidencial, en los medios de comunicación, en las redes sociales, el funcionario menor, el presidente municipal, el diputado. Nos lo dicen todos, ¿Entonces porque seguimos desapareciendo?   Hace un par de años acudí a las instalaciones de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), en la entrada había un muro con los retratos de hombres y mujeres que desaparecieron durante la guerra sucia en la década del 70 orquestada por el gobierno priísta. Entre todos los mensajes colocados uno llamó mi atención: “los seguiremos buscando”.  En los accesos de la terminal de Toluca se alzan otros muros con los rostros de niñas, niños, jovencitas, mujeres, hombres y a

Escena final

  Marco Antonio Rodríguez / Su mano es cada vez más fría y su latir más pausado; no suena Eric Clapton en la radio con aquel precioso Wonderful tonight. La cámara en cambio sigue sus pasos a ras de suelo. "Toma gusano", grita el director al borde del llanto. No detienen su andar; él la sigue siempre y marchan siempre juntos, tomados de la mano. Las nubes a su costado restan importancia a sus rostros. Se acerca el final pues las luces celestes bajan paulatinamente su intensidad. Suenan entonces las cuerdas. Es Leo Brouwer y su música exacta, perfecta, irrepetible, "excelsa". Es John Williams con esa su guitarra que grita y llora la travesía de ese par. Es el director extasiado, envuelto en júbilo. La huida de los amantes por el Valle de los Ecos, que compusiera Brouwer en 1981, se escucha estruendosa en el cielo:  Fotografía: Marco Antonio Rodríguez.

Virginia Libre

  Ali Pacheco / La pequeña puerta negra del “Penal Neza Bordo” se abre lentamente, el paisaje grisáceo de las paredes se opaca cuando un vestido color rosa mexicano se asoma fuera del centro penitenciario, es Virginia Silvestre, quien con paso firme y una bolsa de plástico con sus pertenencias camina hacia sus familiares, quienes la esperan eufóricos al otro lado de la reja, el rechinido de esta se desvanece entre aplausos y el llanto de la madre de Virginia, quien con ese amor de madre abraza a su hija tras 16 años recluida por un delito que no cometió. Virginia, de origen humilde e indígena mazahua, pasó 16 años presa en el Centro Penitenciario y de Reinserción Social Nezahualcóyotl Bordo de Xochiaca; acusada de haber asesinado a su nieta, pasaría 43 años en la cárcel por el delito de homicidio en grado de parentesco. En el caso de Virginia no hubo una valoración debida de pruebas. El Ministerio Público acusó a Virginia de provocar la muerte de su nieta al golpearla y azotarla cinco

Monólogo

Marco Antonio Rodríguez/ Éramos niños, la inocencia guiaba día y noche nuestros pasos, los conducía como los cochecitos con que jugábamos sintiéndonos pilotos profesionales para más tarde aplastarlos y así saber qué había ahí adentro o quién los conducía tan mal que de plano chocaban en cualquier pared. Entonces sólo nos preocupaba no incendiar la casa o ponchar nuestras pelotas y tener cáscara de plátano para sellarlas en caso de hacerlo. Jugábamos, recuerdo bien, con el rastrillo de papá y lo paseábamos por la cara sin vello. ¿Te acuerdas? Tú siempre quisiste tener una barba como la de Ryan Hurst en su papel de Opie en Sons of Anarchy. Dejabas a ver que aquel personaje te inspiraba una especie de no-sé-qué que transformaba tus desánimos. Teníamos doce o trece, porque fue justo la etapa en que mamá abortó al que pudo ser mi hermano favorito. Ella no hubiese querido hacerlo, pero Dios sí. La veíamos tan ilusionada que nos inspiraba una ternura inusitada, ¿te acuerdas? Compraba ropas de