Ir al contenido principal

Un lugar en Navidad

 José Enrique Rojas González/


Un.

Un lugar.

Un lugar pequeño, oscuro, frío, en el #304 de la calle de Hidalgo, en Toluca, aparta el fragor de la ciudad y el ahíto de la gente, hastiada por vivir.


Dentro.

Ahí, dentro, el fuego de una vela alumbra tenuemente un cuarto de madera de una casa de finales del XIX. Adosados en la esquina del muro están dos hermanos frente al auditorio.

 

Suenan.

Las melodías de Tchaikovsky interpretadas por Gabriel Sánchez anegan la sala y percuten mis oídos. Un espasmo recorre mi espalda y se yerguen los vellos de mi cuerpo.

 

Escucho.

Tres historias leídas por Saly Beals. Esperanza, magia y muerte, en ese orden; aquella lágrima brota de mi ojo al saber que la cerillera muere, congelada, pensando en su abuela sin haber vendido ningún cerillo.

 

Magia.

Tras la espalda de Saly y Gabriel, más allá, en la esquina, se dibujan sus siluetas, más grandes conforme se acerca la hora del final del último cuento.

 

Al final, la Navidad es especial porque nos recuerda la fugacidad de la vida y la prontitud de la muerte.






Imagen: A.P. / José Enrique Rojas González.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

El obscuro negocio de la seguridad en Edoméx: clientelismo, cleptocracia y otros artificios

Marco Antonio Rodríguez/  La inseguridad en el Estado de México se ha enquistado; lejos de disminuir como prometió Alfredo del Mazo Maza desde incluso antes de asumir el cargo como gobernador, ha crecido exponencialmente al grado de convertirse en un problema incontrolable para su administración, lo que también ha llevado a la entidad a ubicarse entre los primeros lugares a nivel nacional por esta condición. Con el priista en el poder se cumplió el presagio: durante el primer mes de su mandato la entidad rompió récord histórico en delitos y así se ha mantenido; a veces son homicidios, otras robos y otras más feminicidios, pero siempre va liderando la lista a nivel nacional por la comisión de algún crimen. Pero Del Mazo alardea de otros temas, como el Salario Rosa, programa social estrella para el cual dispuso de 3 mil 977 millones 99 mil 249 pesos sólo en dos años, como reveló en septiembre de 2019 el reportero local Elpidio Hernández Villanueva. Y aunque para muchos la seguridad debie

Claudio Valdés: el oscuro funcionario del gobierno delmacista

Marco Antonio Rodríguez/  Toluca, México; 18 de noviembre de 2021. Antes de que fuera nombrado como titular de la Unidad de Asuntos Internos del gobierno del Estado de México, Claudio Valdés Carranza ya había sido denunciado por sus propios compañeros, que lo acusaron por abuso laboral, abuso de autoridad, discriminación y violaciones a sus derechos humanos cuando se desempeñaba como jefe en el gobierno federal de una dependencia que se llamaba Dirección General de Vigilancia y Supervisión Interna y que pertenecía a la Policía Federal. Sin embargo, cuando le dieron la titularidad de la dependencia mexiquense, fue presentado por su amigo Rodrigo Martínez Celis, secretario de Seguridad, lo cual dejó muy claro desde el primer minuto de qué tamaño era el respaldo del que gozaría. En aquella ocasión el secretario Martínez Celis prefirió no decir nada acerca del irregular desempeño de Valdés Carranza en el gobierno federal, al cual renunció en diciembre de 2016, después de una queja firmada

Reminiscencias

Marco Antonio Rodríguez Soto/ Apenas había salido de su casa cuando supo que algo no estaba bien, pues las formas que lo rodeaban perdían la solidez de siempre. Conocía el camino y sin embargo no distinguir los objetos complicaba su andar. Sus pasos se volvieron pesados, como si de súbito hubiera entrado en un singular estado de inanición, pues el concreto se fundía volviéndose lodo para hundir sus pies en aquella masa terrosa. * Desplazarse era una tarea compleja e incierta. Los colores y formas estaban ahí, aunque cada vez más difusos. A su mente le vinieron imágenes de aquellas ficciones en las cuales algunos mutaban en lobos apenas aparecía la luna, y recordó la historia del hombre vuelto insecto tras despertarse, como si las pesadillas nocturnas que hubiera soñado cobraran forma de alerones afianzados en la espalda y de antenas por encima de la cabeza. Afortunadamente seguía caminando, aunque cada vez con mayor dificultad, a pesar de que las piernas no eran el principal problema.