Ana Paula Franco Martínez
En mi cuarto pensaba
Y en un mar de lágrimas me encontraba
Sin darme cuenta la parca llegaba
Y angustiada me preguntaba
Que ¿por qué o a quién tanto le lloraba?
El silencio controló aquel momento
Hasta que me propuse a terminar con ello
Respondiéndole que no era nada
Molesta me miró y dijo
Si no fuera nada
Ninguna lágrima derramarás
Aquel silencio volvió
Quería que se marchara
Sin embargo también quería que se quedara
Además sólo ella sabía,
En dónde y cómo se encontraba
Aquella alma que tanto extrañaba
Me animé a preguntar
¿Dónde y cómo la puedo encontrar?
¿Cómo es que ella está?
La Catrina incrédula no creía,
Ella desviaba el tema
E insistía con que era lo que tenía
Sin embargo al ver mi insistencia
Se dio cuenta de que razones había
Para tanto buscarla
Una plática profunda tuvimos
Hablamos de vivos y de muertos
De lo que es la vida y la muerte
Y de como muchas veces
No vivimos en el presente
Después de lograr calmarme
La catrina, sólo me observó
Y luego de un rato habló
Hoy no será el día,
Pero nos hemos de volver a encontrar
Le pedí que no me dejara
Que por favor no se marchara
Que con ella mi soledad se ausentaba
Pues a ella tanto me recordaba
La huesuda un beso en la frente me dio
Dijo que Magdalena también me extraña
Y que jamás olvidara
El gran querer que ella me guardaba
Pétalos de flores llegaron
Y en un abrir y cerrar de ojos
La vi, en lugar de la catrina
Mi dulce abuela volvía a marcharse
Yéndose lejos
Pero con una gran sonrisa en el rostro
Me sentía satisfecha
Y aunque le llorara
Sabía que ella jamás
Dejaría que sola me quedara
Fotografía: Marco Antonio Rodríguez Soto.
Comentarios
Publicar un comentario